Han escrito algunos comentarios acerca de como se hizo la película “Son of God” (Hijo de Dios), y también acerca de los que trabajaron detrás del escenario. Sin entrar en lujos de detalles al respecto, compartire lo que toco profundamente mi vida al ver la película.
Pude sentir lo que significo para Jesus al extender su mano hacia Barrabas y lo friso parado. No puedo decir que alguna vez he sido tocada por un ángel. Sin embargo, si creo haber sido tocada por la mano de Dios alguna vez en mi vida, de tal manera que me friso parada, me hizo mirar al cielo, y examinarme a mi misma.
Enfoque mi atención en María, en lo que ella sintió a través de todo lo sucedido. Ella sabia que su Hijo tenia un propósito, una mision que cumplir. Pero ella no sabia que precio le costaría pagar, tampoco cuanto le tocaría presenciar a través del camino. ¿Cómo puede una madre no añorar proteger a su hijo? ¿Cómo no llorar cuando ellos duelen? No sufrir cuando están perdidos? Una madre desea siempre proteger a sus hijos del dolor, secar sus lagrimas, ser su escudo en contra de los golpes, y sanar sus heridas, aun después de ser adultos.
Llore cuando María estrecho sus manos hacia Jesús queriendo, necesitando, añorando abrazarlo cerca. Pero no pudo. No estaba escrito. Su tiempo había llegado. Ella lo sabia, siempre lo supo. Mientras, ella veía como El abrazaba la cruz.
Me maraville al ver como ella había resuelto ser fuerte, aceptando la voluntad de Dios acerca de Jesús, hasta la cruz. Me imagino cuan duro debió haber sido todo. Mi escena preferida de la película fue cuando María logra tocar a Jesús, aunque la cruz estaba de por medio, ambos con sus manos sosteniendola. No que necesariamente María tenia algo que ver con Su misión, pero ella abrazo el plan de Su vida. De su muerte.
Soltar, no es facil de hacer. Pero necesario.
En este mundo cada uno tiene una cruz que cargar. Jesús dijo “El que no quiera cargar su propia cruz, y venir en pos de mi, no puede ser mi discípulo.” Lucas 14:27. No es fácil pues la cruz se hace pesada, pero no mas pesada que Su Gracia. Estoy tan agradecida de esa cruz, y también, por que Dios hace nuevas todas las cosas.
Madre, abraza hoy a tus hijos. Jamas dejes de orar por ellos.